Revisión del libro: ISLA DE LOBOS, NATURALEZA E HISTORIA

El contenido de este post ha sido extraído en su totalidad de citaciones del libro ISLA DE LOBOS, NATURALEZA E HISTORIA, escrito por Ignacio Romero, que el día 11 de Mayo de 2017, presentó dicho libro en la Casa Benito Pérez Armas, en Yaiza.

Desde Uniguides hemos decidido publicar un post relativo a esta publicación por considerarla de  gran interés  y animamos a todos aquellos profesionales del sector turístico en Canarias, como a todos aquellos que deseen conocer más acerca de este bellísimo rincón del archipiélago canario, que no duden en leer este excepcional libro.

GEOGRAFÍA

La isla de Lobos tiene una superficie de 13,7 kilómetros cuadrados, con una altura máxima de 127 metros sobre el nivel del mar correspondiente a la Caldera o Montaña de Lobos.

La isla de Lobos se haya a 2,5 kilómetros de distancia de Fuerteventura y a 9 kilómetros de Lanzarote. La costa africana se encuentra a 120 kilómetros de distancia de la isla de Lobos.

La precipitación media anual es de 150mm con una temperatura media anual de 18 grados centígrados.[1]

Administrativamente, la isla de Lobos, pertenece al Municipio de la Oliva (Fuerteventura). Desde 2007 es una isla propiedad pública y su gestión es competencia del Cabildo Insular de Fuerteventura.[2] Su último propietario privado fue la cadena mallorquina RIU, propietaria de los dos hoteles instalados en las dunas de Corralejo, ‘Riu Oliva Beach’ y ‘Riu Tres Islas’ que adquirió la isla en 2003. En mayo de 2007, la empresa Riu, al tener procedimientos abiertos en los tribunales por invadir el dominio público marítimo y terrestre y estar situado sobre el Parque Natural de las Dunas de Corralejo, cedió al Ministerio de Medio Ambiente del Gobierno de España la propiedad de la isla de Lobos a cambio de una ampliación de la concesión temporal de ocupación de suelo de dominio público de los hoteles que tiene sobre las dunas de Corralejo.[3]

 GEOLOGÍA

La isla de Lobos forma parte de una única estructura insular que se extiende en la dirección noreste-suroeste y engloba a lo que hoy son las islas de Alegranza, Montaña Clara, Roque del Oeste, Roque del Este, La Graciosa, Lanzarote y Fuerteventura. Este enorme territorio, mientras estuvo emergido, dio lugar a una única isla que algunos geólogos llaman Mahan. Esta gran isla existió en distintas épocas de la historia geológica, aflorando por última vez hace unos 18 000 años aproximadamente. Era un territorio continuo entre Lanzarote y Fuerteventura de más de 200 kilómetros de largo y 5000 kilómetros cuadrados de superficie, esto queda demostrado indudablemente por la poca profundidad y por los restos de erosión eólica que se encuentran en los fondos marinos del estrecho de la Bocaina. Apoyándonos en que la costa africana también estaba situada más hacia el oeste a unos 60 kilómetros de esta gran isla canaria (Mahan), podrían surgir algunas respuestas y aclaraciones de colonización biológica del archipiélago canario.[4]

El inicio de la actividad volcánica que originó isla de Lobos comenzó en el periodo Cuaternario, en la época del Pleistoceno, hace 135 000 anos, asociado a una serie volcánica de Fuerteventura, la serie Bayuyo. Estas erupciones que dieron lugar a conos alineados que hoy conocemos en Fuerteventura como: Montaña Colorada, Calderón Hondo, Caldera Rebanada, Caldera Encantada, Las Calderas, Bayuyo etc. Es una línea que tiene unos 10 kilómetros de largo entre el extremo suroeste de Montaña Colorada y el extremo noreste de la Caldera en la Isla de Lobos. Unas erupciones que provocaron el incremento de la superficie insular al norte de Fuerteventura en más de 100 kilómetros cuadrados.[5]

TOPONIMIA

La isla recibe el nombre por los lobos marinos, nombre con la que denominaban antaño a la actual foca monje (Monachus monachus), que habitó este islote con una enorme colonia, probablemente la mayor de las islas Canarias.[6] Con el inicio de la conquista de Canarias en 1402 por parte de Jean de Bethencourt y Gadifier de La Salle, isla de Lobos pasó a ser un importante punto de avituallamiento de carne, grasa y piel con la caza de los lobos marinos.[7]

En la isla de Lobos al contrario que el resto de las islas Canarias están totalmente ausentes los topónimos de origen indígena. Parece evidente que una isla deshabitada y en algún caso visitada de forma esporádica, no dejó transmisión directa de nombres antiguos hacia los navegantes y conquistadores que llegaron en el siglo XV. Por tanto es a partir de este momento cuando los europeos empiezan poco a poco a bautizar los distintos lugares de su geografía. [8]

 ARQUEOLOGÍA

Desde el año 2012, en el yacimiento de la Playa de la Calera, se llevan realizando campañas de excavaciones dirigidas por la catedrática en Prehistoria de la Universidad de la Laguna, María del Carmen Del Arco Aguilar, por la doctora en Arqueología del Museo de la Naturaleza y el Hombre de Tenerife, Mercedes del Arco, y por la arqueóloga de la Unidad de Patrimonio del Cabildo de Fuerteventura, Milagros Estupiñan.[9] En este yacimiento aparecieron muchos restos de cerámica torneada (restos de ánforas de almacenaje y transporte), cerámica de uso doméstico (lucernas, ollas, etc.) y objetos metálicos de hierro, bronce y plomo, como calderos, clavos, anzuelos, etc. Según señalan las dataciones estas ánforas del tipo Drezel 7-11 y Halter 70, coinciden con el Imperio Romano y eran fabricadas en la subprovincia Bética.[10]

El conchero que apareció y que se excavó tenía casi 68 000 individuos, de los cuales el 97% son de canaílla o púrpura (Stramonita haemastoma) lo que nos habla de la especialización del trabajo en este emplazamiento. Las piezas aparecieron roturadas de forma sistemática en la zona que se utilizaba para extraer la púrpura del interior de la canaílla, con su glándula hipo branquial intacta, y poder así tener la mayor cantidad y calidad de tinte.[11]

Para la roturación utilizaron una especie de yunque, donde se colocaba el molusco en un pequeño orificio. Con un cincel le daban un golpe en la tercera vuelta de la canaílla para romperla.[12]La presencia de trozos de plomo que parecen de calderos u ollas sería el siguiente paso para calentar y reducir la púrpura a fuego lento.[13]

La presencia de estructuras arquitectónicas con varias dependencias con muros que harían de separación, nos indican la probabilidad de que no debió de ser una campaña de estancia corta, por lo que tuvo que ser una fábrica importante y no casual que explicaría la presencia humana estacional en la isla de Lobos.[14]

La hipótesis de las arqueólogas que están excavando, es que  se trata de un taller de extracción de la púrpura para su exportación en la época alto imperial, del s. I a.C. al s. I d.C.[15]

La púrpura en tiempos antiguos, tenía un gran valor económico, los mantos y túnicas de color púrpura eran una distinción de la clase alta y de lujo.[16]

Pero en este yacimiento hay todavía muchas preguntas sin resolver que solo la investigación nos irá proporcionando, como:¿De dónde procedían los trabajadores de esta factoría? ¿De dónde obtenían los trabajadores el agua dulce y la comida?  ¿Mantuvieron intercambios comerciales con los indígenas de Lanzarote o Fuerteventura o traían la cantidad suficiente de agua y comida para todo el tiempo que estaban en la isla?[17]

 FLORA

Las zona de las lagunitas es el mayor saladar de la isla y es el centro botánico de mayor atracción de Lobos, con la presencia de una especie única en el mundo: La siempreviva de Lobos (Limonium ovalifolium canariensis o Limonium bollei)[18]

EL FARO DE MARTIÑO

La puesta en funcionamiento del faro de Martiño en 1865, asentó la vida humana permanente en la isla de Lobos[19] hasta 1968, cuando se automatizó el faro y dejaron de vivir los torreros en esta instalación[20].

Las obras de construcción del faro de Martiño comenzaron en 1860 a manos de una cuadrilla de trabajadores portugueses que emplearon cinco años en terminarlo[21]. Su estructura es muy similar al faro de Pechiguera, en Playa Blanca (Lanzarote) y al faro de Playa Delgada (Alegranza), ya que los tres faros fueron proyectados por el mismo ingeniero: Juan León y Castillo. Este ingeniero teldense diseñó ocho de los veinte faros construidos a finales del XIX en Canarias. Uno de los faros más singulares construidos por él es el de Maspalomas con una torre de 56 metros de altura, uno de los símbolos de la isla de Gran Canaria.[22]

El faro de Martiño está situado en el norte de la isla, en la Punta de Martiño, a unos 3,8 kilómetros de las casas de El Puertito y a 4,2 kilómetros del embarcadero de Lobos.[23]

Con la construcción de este faro, muchas personas residirán y nacerán en la isla de Lobos, como Margarita Rial González, hija del farero José Rial Vázquez y madre del escritor Alberto Vázquez-Figueroa Rial [24], que firma el prólogo del libro Isla de Lobos, Naturaleza e Historia.

Pero de todas aquellas personas vinculadas con la isla de Lobos, sobresale la figura de Josefina Plá Guerra, nacida en la isla de Lobos en 1903, Poetisa, dramaturga, narradora, ensayista, crítica de arte, pintora y periodista. En 1924 se casó con el artista paraguayo Andrés Campos Cervera y en 1926 se estableció en Paraguay hasta 1999, año en que fallece a los 96 años de edad.[25] Josefina Plá Guerra fue miembro de la Academia Paraguaya de la Lengua, de la Academia de la Historia de Paraguay, recibió el título de ‘Doctora Honoris Causa’ de la Universidad de Asunción en 1981, Medalla de Oro de las Bellas Artes de España en 1995, finalista del Premio Príncipe de Asturias en el año 1981y nominada al Premio Cervantes en 1989 y 1994.[26]Una escultura de Josefina Plá Guerra, recibe a los visitantes a la llegada al muelle de Lobos.

 


[1] Página 17, Isla de Lobos, Naturaleza e Historia. Autor Ignacio Romero. Ediciones Remotas.

[2] Página 17, Isla de Lobos, Naturaleza e Historia. Autor Ignacio Romero. Ediciones Remotas.

[3] Página 43, Isla de Lobos, Naturaleza e Historia. Autor Ignacio Romero. Ediciones Remotas.

[4] Página 25, Isla de Lobos, Naturaleza e Historia. Autor Ignacio Romero. Ediciones Remotas.

[5] Página 25, Isla de Lobos, Naturaleza e Historia. Autor Ignacio Romero. Ediciones Remotas.

[6] Página 31, Isla de Lobos, Naturaleza e Historia. Autor Ignacio Romero. Ediciones Remotas.

[7] Página 37, Isla de Lobos, Naturaleza e Historia. Autor Ignacio Romero. Ediciones Remotas.

[8] Página 31, Isla de Lobos, Naturaleza e Historia. Autor Ignacio Romero. Ediciones Remotas.

[9] Página 45, Isla de Lobos, Naturaleza e Historia. Autor Ignacio Romero. Ediciones Remotas.

[10] Página 46, Isla de Lobos, Naturaleza e Historia. Autor Ignacio Romero. Ediciones Remotas.

[11] Página 46, Isla de Lobos, Naturaleza e Historia. Autor Ignacio Romero. Ediciones Remotas.

[12] Página 46, Isla de Lobos, Naturaleza e Historia. Autor Ignacio Romero. Ediciones Remotas.

[13] Página 46, Isla de Lobos, Naturaleza e Historia. Autor Ignacio Romero. Ediciones Remotas.

[14] Página 47, Isla de Lobos, Naturaleza e Historia. Autor Ignacio Romero. Ediciones Remotas.

[15] Página 46, Isla de Lobos, Naturaleza e Historia. Autor Ignacio Romero. Ediciones Remotas.

[16] Página 49, Isla de Lobos, Naturaleza e Historia. Autor Ignacio Romero. Ediciones Remotas.

[17] Página 47, Isla de Lobos, Naturaleza e Historia. Autor Ignacio Romero. Ediciones Remotas.

[18] Página 76, Isla de Lobos, Naturaleza e Historia. Autor Ignacio Romero. Ediciones Remotas.

[19] Página 55, Isla de Lobos, Naturaleza e Historia. Autor Ignacio Romero. Ediciones Remotas.

[20] Página 96, Isla de Lobos, Naturaleza e Historia. Autor Ignacio Romero. Ediciones Remotas.

[21] Página 95, Isla de Lobos, Naturaleza e Historia. Autor Ignacio Romero. Ediciones Remotas.

[22] Página 96, Isla de Lobos, Naturaleza e Historia. Autor Ignacio Romero. Ediciones Remotas.

[23] Página 96, Isla de Lobos, Naturaleza e Historia. Autor Ignacio Romero. Ediciones Remotas.

[24] Página 107, Isla de Lobos, Naturaleza e Historia. Autor Ignacio Romero. Ediciones Remotas.

[25] Página 104, Isla de Lobos, Naturaleza e Historia. Autor Ignacio Romero. Ediciones Remotas.

[26] Página 106, Isla de Lobos, Naturaleza e Historia. Autor Ignacio Romero. Ediciones Remotas.